Deja la puerta abierta...... PARTE III

 


Yo sentía que alguien nos observaba alrededor de nosotras, y de pronto vimos entre los arbustos cerca del campamento que algo se movía o hacía mover a las plantas, y se oyeron unos pasos correr después, estábamos tan concentradas viendo eso y tratando de saber el origen de los movimientos, cuando una mano fría se posó sobre mi hombro y exhalé un grito fuerte de miedo, al unísono también mis amigas gritaron.

-¡No se asusten, somos nosotros!- exclamaron mis amigos que habían llegado apresurados.

-¿Por qué se asustan?-preguntó uno de ellos.

-Porque acabamos de oír que algo o alguien  corrió hacia allá- señaló mi amiga con expresión de asustada a donde vimos los arbustos mover.

-Puede ser lo mismo que escuchamos nosotros al despertar- dijo Fernando con un tono de voz suave.

-Cuando estaba ya casi por amanecer, estábamos por levantarnos, aún estaba oscuro, nosotros percibimos los ruidos de unos pasos correr hacia el bosque, en eso, Fernando sacó el arma que trae y me pidió acompañarlo, porque pensamos que tal vez eran ladrones que andaban por aquí, y querían robarnos las pocas pertenencias que traemos, ya que por la carretera a veces se cuenta de personas que han sido asaltadas y les han quitado sus prendas de valor, por ese motivo Fernando trae el arma.- argumentó Carlos viendo a donde se movieron las plantas.

-Nos levantamos y estuvimos unos minutos de pie, esperando oír nuevamente los pasos e ir en busca de esa persona, y ahuyentarla, pero ya no lo escuchamos, entonces decidimos hacer un recorrido por los alrededores para estar más seguros, como fue tan rápido, ya no pudimos arreglar la casa de campaña- expresó Carlos entrando a la tienda para acomodar lo que estaba desarreglado.

-Dimos la vuelta alrededor del campamento y no encontramos nada, ni huellas ni ruido, nada, llegamos hasta el río y ahí nos llegó el Alba y vimos amanecer- afirmó mi amigo Fernando, limpiando su revólver.

-Fue de regreso que volvimos otra vez a escuchar esos pasos que corrían rápidamente y que aparentemente iban delante de nosotros, pero no veíamos nada, tal vez como a unos 50 ó 60 metros  de distancia entre los árboles y las plantas, lo empezamos a seguir y esos sonidos nos trajeron hasta aquí, pero antes de llegar lo dejamos de percibir, fue cuando llegué y te toqué la espalda- expresó con una sonrisa en los labios Carlos, ya había terminado de acomodar la tienda y se había puesto de pie otra vez.

Estuvimos unos minutos esperando escuchar nuevamente los sonidos, pero ya no oímos nada, ya un poco más calmados y con el sol bañándonos con sus rayos y olvidándonos un poco de lo que habíamos pasado, decidimos seguir con nuestros planes de pasarlo bien y de desayunar, ya que María tenía hambre y no había nada listo para comer.

María y yo decidimos ir por agua al río, uno de nuestros amigos quiso acompañarlos pero le dijimos que no, que iríamos rápido, que no tardaríamos, ya había amanecido totalmente, pensamos que ya no había peligro, y si hubiese, gritaríamos, Fernando nos ofreció su arma, pero igual, dijimos que no, porque no sabemos utilizarla.

Al llegar al río, mi amiga se quitó los zapatos y metió los pies en el agua, -¡está fría!- me dijo, estaba lavándose la cara, cuando levantó su mirada hacia donde corría el río y pudo observar a los lejos, algo que se escondía detrás de un árbol frondoso.

-Mira, allá hay alguien- me señaló con su mano.

-No veo a nadie- le argumenté viendo hacia donde señalaba.

-Tal vez es Carlos o Fernando que se van a bañar- le dije con una media sonrisa. -¡Ya vámonos!- le comenté y la jalé de la mano y nos dirigimos hacia el campamento.

-Espera que voy a poner mis zapatos- pronunció

CONTINUARÁ.




Comentarios

Entradas más populares de este blog

Deja la puerta abierta

Deja la puerta abierta......PARTE V

Deja la puerta abierta.....PARTE VIII

Deja la puerta abierta.....PARTE II

Deja la puerta abierta.....PARTE VI

Deja la puerta abierta......PARTE VII

Deja la puerta abierta.....PARTE IV